Curiosos conceptos.
De partida, si nos fijamos, el castellano es un idioma increíblemente capitalista y materialista. Os diré por qué.
Hagamos un análisis sintáctico de esta frase en inglés
I LIKE ICECREAMS => Sujeto: I ; Predicado verbal: Like Icecreams. Like es el núcleo del predicado y icecreams es el COMPLEMENTO DIRECTO
Ahora la misma frase en francés
J'AIME LES GLACES => Sujeto: Je; Predicado verbal: aime les glaces. Aime es el núcleo del predicado y glaces es aquí también COMPLEMENTO DIRECTO
Pero, ¿y en castellano?
ME GUSTAN LOS HELADOS=> SUJETO: Los helados; Predicado verbal: Me gustan. Gustan es el núcleo del predicado y me es el complemento directo.
¿os fijáis en la diferencia, no? En efecto, en castellano las cosas que nos gustan son más importantes que nosotrxs mismxs. Cuando NOS gusta ALGO, nosotros pasamos a un segundo plano, y el gran protagonista es aquello o aquél que nos gusta.
Otro rasgo bastante repelente del castellano es el verbo QUERER. Queremos una fregona para limpiar el suelo, pero también queremos a Paquito porque procesamos amor por él. En cambio en otros idiomas tienen bien separados ambos conceptos, sin ir más lejos el inglés (want y love) o el francés (vouloir y aimer).
¿Nos es más difícil a los castellanoparlantes pues, hablar del amor y del deseo?
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