lunes, 9 de julio de 2012
Gustar y querer Parte II: Mi Reflexión
Conforme sabemos estos rasgos neurolingüísticos observamos lo siguiente: Que a muchísimos seres humanos les cuesta admirar algo y no querer poseerlo.
Escuchas un temazo en youtube... Y necesitas escuchar todo el disco.
Comes unas galletas de canela riquísimas en una feria de muestras... Y necesitas comprarte 2 cajas para comer galletas de canela hasta que se jarte tu paladar de aroma andalusí
Ves a esa persona tan especial sonreir... Y necesitas tocarla, estrecharla entre tus brazos, besarla, o pedirla salir para al menos tenerla un ratito más a tu lado.
¿Os dáis cuenta lo posesivos que somos los seres humanos, hasta cuál punto llega nuestra ambición?
A veces los amores no son correspondidos, y no por eso hay que forzar nada ni a nadie.
A veces los amores son imposibles de consumar por las circunstancias sociohistóricas y vitales de los individuos (aunque sean correspondidos) y no por eso hay que forzar nada ni a nadie.
Me encantas. Pero encantada me tienes en silencio, en la distancia. Y con una buena conversación, una sonrisa, una mirada esquiva de nuestros ojos, un chiste, un roce de nuestras manos, o un sonrojo, me conformo.
Francamente, me lo paso de puta madre con los amores platónicos.
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